¿Cuántos artículos, reportajes, etc. has visto últimamente sobre lo que ocurrirá en 2022 y en los próximos años?, ¿10, 100, …? ¿Cuántos has podido leer?… En el caso de que hayas leído varios, ¿coinciden las “tendencias” que se mencionan?, ¿los pronósticos?, …
Esta profusión de informes, etc., evidencia el deseo que tenemos de saber lo que ocurrirá en el futuro, sobre todo, habiendo sido sorprendidos por el COVID-19 y la evolución de la pandemia.
Pero la realidad es que es imposible predecir el futuro. Sin embargo, es necesario, diríamos que imprescindible, imaginar futuros plausibles. Debemos invertir tiempo en reflexionar sobre lo que podría ocurrir, sobre las posibles evoluciones de los factores de nuestro entorno que afectan a nuestros negocios y organizaciones y que, en la mayoría de los casos, escapan a nuestro control. Y hablamos de evoluciones en plural porque el mundo no es lineal y deberíamos obligarnos a imaginar siempre diferentes posibilidades. Nuestra pregunta de referencia podría ser: ¿Y si…?
Debemos invertir tiempo en reflexionar sobre lo que podría ocurrir, sobre las posibles evoluciones de los factores de nuestro entorno que afectan a nuestros negocios y organizaciones y que, en la mayoría de los casos, escapan a nuestro control.
Este artículo es el primero de muchos otros que, mensualmente, Innobasque irá publicando para tratar de inspiraros y ¿quizá provocaros? En definitiva, haceros pensar qué podría pasar en temas que podrían afectar en el futuro al Sistema de Ciencia, Tecnología e Innovación.
Y queremos comenzar con un “meta”análisis de tendencias y pronósticos. Meta, la palabra de moda. ¡Y sí! En próximos artículos hablaremos de otros “meta”, como el metaverso.
Para ello, compartimos el trabajo realizado por Visual Capitalist sobre las coincidencias en los pronósticos de más de 300 artículos, informes, podcasts y entrevistas:
De estas 25 predicciones, el estallido de las tensiones geopolíticas ya se ha hecho realidad, con la invasión de Ucrania por parte de Rusia y consiguiente guerra. Y está afectando, por lo menos, a otra de las tendencias más repetidas: la recuperación, aunque lenta, de las disrupciones en las cadena de suministro. La pandemia puso en evidencia la dependencia que tienen las cadenas de suministro europeas de proveedores globales y el riesgo asociado. En aquel momento se intuyó un (aparentemente lógico) regreso a suministradores cercanos, pero esto no se está produciendo tal como se esperaba. Por el contrario, parece que, una vez abiertas las fronteras, todo iba volviendo a la antigua normalidad. Hasta que la guerra ha vuelto a alterar el equilibrio antes de que hubiéramos tenido tiempo de reaccionar y reducir la dependencia externa en numerosas materias primas estratégicas.
Ante la situación actual y el riesgo futuro, cabe preguntarse cómo se podría impulsar la reducción en el consumo de esos materiales críticos; qué nuevos modelos de negocio responderían a esta idea; qué cambios en nuestros procesos y productos deberíamos incorporar para hacerlos más circulares; si podemos optar por producir en Europa determinados componentes críticos y hacerlo de forma competitiva; si impulsamos la investigación en materiales o procesos alternativos.
Entre el resto de predicciones, las que creemos que pueden tener más impacto para la innovación en Euskadi son las siguientes:
- El cambio climático seguirá estando en el foco de atención
- Será un año excelente para los vehículos eléctricos
- Creciente influencia de los factores ESG (environmental, social and governance)
- Cambia la dinámica laboral- los trabajadores toman el asiento del conductor
La lista anterior probablemente no sea una sorpresa.
Del cambio climático llevamos tiempo hablando, pero cada vez van a ser más exigentes las medidas para la adaptación y la mitigación. Algunos territorios y empresas han tomado ya medidas y convertirán sus inversiones en una ventaja competitiva cuando la regulación sea una realidad. Cada compañía y cada sector será transformado por la transición a un mundo con cero emisiones netas y en Euskadi, nuestra experiencia en este tema nos podría servir de plataforma para posicionarnos entre las regiones más avanzadas. ¿Aprovechamos la oportunidad y nos anticipamos o nos dejamos arrastrar? ¿Unimos fuerzas para dar respuesta a la misión de adaptación al cambio climático?, ¿aprovechamos la adaptación y la mitigación como tractor de la innovación sistémica?
En la medida en que la regulación para mitigar el cambio climático avanza, se hará más evidente la necesidad de reconsiderar el uso de los vehículos de carburantes fósiles. En este sentido parece que las ventas de vehículos eléctricos batirán un nuevo récord este año. Como en el caso anterior, Euskadi parte de una buena posición, pero la cuestión es si conseguiremos traccionar a empresas pequeñas para que se adapten a los requisitos de los nuevos vehículos, y si avanzaremos, además, hacia modelos de movilidad más sostenibles.
De la lista propuesta, la tendencia que más se ha acelerado es la relativa a la importancia de los factores medioambientales, sociales y de gobernanza. Los inversores, clientes, consumidores cada vez valoran más que las empresas se rijan de acuerdo con ciertos criterios ambientales, sociales (relacionados con la gestión de las personas que trabajan en la empresa y con otros grupos de interés) y de gobernanza (los relacionado con la gestión y el liderazgo, las políticas internas, la retribución de los directivos, los controles internos, la transparencia, …). Sin embargo, ¿tenemos en cuenta estos criterios como fuente de innovación?, ¿podrían servirnos como propuesta de valor innovadora hacia clientes que estén expuestos a esta valoración por parte de los inversores?
La última de las tendencias tiene que ver con los cambios que se están produciendo en el entorno laboral. La pandemia ha evidenciado la posibilidad de trabajar de una manera diferente que, además, podría permitirnos acceder a talento en cualquier lugar del mundo y retener el que actualmente trabaja en nuestras empresas. En este punto es importante preguntarnos si la empresa está considerando formas de trabajo híbrido, que ofrecen flexibilidad a las personas; si estamos abriendo las empresas a colaboraciones puntuales de personas con formas alternativas de trabajo y si estamos innovando en organización y gestión de las personas para evitar la salida o desmotivación de las personas.
Además de estos 4 pronósticos clave, no queremos dejar pasar la oportunidad de mencionar otros temas que están tomando relevancia creciente y de los que seguro hablaremos en próximos meses:
- Los NFTs y la web 3
- NFT son las siglas en inglés de token no fungible. Son activos digitales únicos e inimitables basados en blockchain que se vinculan a activos digitales y que pueden ser comprados y vendidos como cualquier otro tipo de propiedad, pero no tienen forma tangible en sí mismos.
- La web 3 es la tercera generación de internet. La primera generación se basaba en hiperenlaces, la segunda en las redes sociales y la tercera pretende volver a la descentralización de internet, a una red abierta que garantice la seguridad basándose en tecnología blockchain.
- El florecimiento de la “economía de los creadores”, o cómo personas influencers consiguen monetizar los contenidos que comparten en las plataformas digitales
- El continuo crecimiento de las criptomonedas y la regulación que llegará para estos activos: la maduración del mercado de criptomonedas facilitará el surgimiento de conceptos y proyectos innovadores. Las NFTs arriba mencionadas han añadido una nueva dimensión al criptoverso. La regulación de las criptomonedas, que se espera que se acelere este año, contribuirá a darles legitimidad.