Las personas cada vez vivimos más, pero ¿lo hacemos mejor? Este es el gran reto al que nos enfrentamos, y que está ganando impulso gracias a avances científicos, al creciente interés público y a la alta inversión en el sector. Desde la reprogramación celular para rejuvenecer tejidos hasta terapias génicas y medicamentos innovadores, la investigación busca no solo añadir años, sino mejorar la calidad de vida.
Entre las tecnologías más prometedoras destaca la eliminación de células senescentes, responsables de liberar químicos dañinos que aceleran el envejecimiento. En experimentos con ratones, esta técnica ha extendido su vida en un 25% y reducido enfermedades relacionadas con la edad. Sin embargo, los ensayos en humanos todavía no han ofrecido los resultados deseados. Algunos proyectos ambiciosos, como el X Prize de 101 millones de dólares, están incentivando investigaciones para restaurar funciones cognitivas, musculares e inmunológicas en adultos.
En definitiva, no se trata de encontrar una fórmula mágica para la inmortalidad, sino de combatir enfermedades relacionadas con el envejecimiento y optimizar nuestra longevidad. Tal vez no logremos superar el récord actual de 122 años, pero el futuro parece encaminado a que vivamos más años en mejor estado de salud.
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