El presidente de Confebask, Roberto Larrañaga, analiza en un artículo publicado este sábado en el Especial de Innovación del diario Cinco Días, el papel de las pymes en la innovación vasca.

“El último informe de Innobasque, de cuya junta directiva y como representante de Confebask soy vicepresidente, lo dejaba claro. El esfuerzo en innovación de nuestra economía se sitúa muy cerca de la media de la Unión Europea (si el 100% es la media, estamos en el 92,4%), con lo que Euskadi forma parte del grupo de regiones de la UE de alta innovación», una categoría superior a la del Estado y a tan solo un peldaño de los líderes absolutos europeos.

Además, con algunos otros datos interesantes. Entre ellos, dos. Uno, que la mejora de la I+D+i entre 2008 y 2014 se ha concentrado en las pymes vascas de menos de 50 empleados. En segundo lugar, que el impulso del sector empresarial ha sido una de las principales causas de la convergencia con Europa (UE-28), empuje que ha sido apoyado por las instituciones públicas, que han financiado la I+D+i en mayor medida que en Europa. Es cierto que las grandes empresas juegan un papel principal, pero también lo es que, a la luz de los datos, felizmente se van incorporando nuevos actores que refuerzan esta estrategia.

El Instituto Vasco de Estadística (Eustat) destaca que Euskadi sobresale en gasto privado en I+D+i sobre PIB (un 1,45% del total). Por encima Las pymes también están situadas en la vanguardia de la media europea, que es del 1,30%. Y también obtiene mejor nota que los niveles europeos en pymes innovadoras en producto o proceso, algo muy relevante porque ese es, a nuestro juicio, el objetivo final de este inmenso esfuerzo. Conseguir la conversión a productos con salida al mercado, que nos permitan asegurar nuestro futuro convencidos, como estamos, de que no pasa por competir en costes, sino en valor añadido.

Sin duda, hay margen de mejora. El gasto global en I+D+i se ha ralentizado en Euskadi en los dos o tres últimos años. Pero, tal y como se recoge en el informe de Innobasque, «en un contexto de crisis, Euskadi ha mantenido su posición, al margen de la evolución negativa de las regiones de su entorno».

La capacidad industrial de Euskadi para generar un muy alto valor añadido se ha multiplicado exponencialmente en los últimos 20 años. El sector de la alta tecnología supuso en 2014 (últimos datos de Eustat) casi el 10% del valor añadido generado en Euskadi y el 8,6% del personal ocupado. Estamos hablando de más de 4.700 empresas en Euskadi, con cerca de 85.000 puestos de trabajo. Y como decíamos antes, con cada vez un mayor protagonismo de las pymes, que en muchos casos son proveedoras de grandes empresas vascas.

Hay muchos ejemplos. En Euskadi se fabrican componentes aeronáuticos de primer nivel. El presidente de Aernnova suele recordar a menudo que no hay avión en el mundo que no disponga de una pieza o un componente fabricado en Euskadi. Gamesa es líder mundial en fabricación de turbinas de generación eólica, y más desde su alianza con Siemens. Bridgestone, en Basauri (Bizkaia), es la planta más innovadora de la multinacional japonesa en todo el mundo, lo que, en palabras de sus f ‘ directivos, les permite mantener los costes salariales más altos del grupo. La fabricante de ferrocarriles de CAF en Beasain es líder de su sector a nivel mundial. Las factorías de Mercedes y Michelin en Vitoria están en la vanguardia en sus respectivos sectores, como también lo están CIE y Gestamp en componentes de automoción, por no hablar de la máquina-herramienta, que concentra en Euskadi el 80% del total del sector en el Estado y vende por todo el mundo productos punteros. Sin ir más lejos, Ibarmia, en Gipuzkoa, presentó hace unos meses la impresora industrial en 3D más grande del planeta, adelantándose a japoneses y norteamericanos.

Ahora mismo estamos viviendo una auténtica explosión de startups tecnológicas. Recientemente, un total de 13 grandes compañías vascas se han aliado con otras tantas startups internacionales para impulsar proyectos de alto valor añadido, gracias a un programa ad hoc impulsado por el Gobierno vasco.

Son solo un puñado de ejemplos cogidos a vuela pluma. Sin duda hay otros muchos más, algunos de los cuales pueden consultarse en nuestra página web de Confebask, en una sección específica a la que hemos llamado «Empresa vasca, creando valor».

En definitiva, Euskadi tiene capacidad industrial de sobra para competir en el mundo al más alto nivel, una carrera a la que vemos que, afortunadamente, también se van sumando las pymes.

Todo esto no es fruto de la casualidad, sino de una tradición industrial y de unos valores que nos supieron inculcar nuestros padres. Esperemos saber hacer lo mismo con nuestros hijos e hijas.”

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