Un país difícilmente puede ser innovador sin políticas de innovación, capacidad de aprendizaje y cultura de innovación. Estas son las tres nuevas lecciones de innovación desde la experiencia de Innobasque, que forman parte de las 12 que aparecen en la Memoria 2014-2015.

 

  -La importancia de la participación en el diseño, despliegue y evaluación de políticas de innovación

Por vez primera se ha planteado en Euskadi una estrategia global de especialización inteligente, contando con la participación y liderazgo de las entidades públicas y privadas en todas las fases del proceso, desde el diseño y despliegue hasta la evaluación.

Como resultado, los agentes de investigación avanzan en su especialización, buscando mejoras de eficiencia para transferir los resultados a empresas y sociedad, además de intensificar su colaboración con otros agentes.

Además, los agentes de la Red Vasca de Ciencia, Tecnología e Innovación disponen de una estrategia propia que observa los cambios en el entorno, local e internacional, lo que les permite adaptarse a las nuevas necesidades del tejido productivo y sociedad.

Asimismo, se está desarrollando una metodología de evaluación para medir los resultados e impacto de las inversiones en investigación e innovación, porque “lo que no se mide no se puede mejorar». Es importante medir resultados finales e intermedios, evaluar los procesos y estar preparados para la toma de decisiones ágil y orientada, con el fin de mejorar la aportación de valor del propio Sistema Vasco de Innovación.

 

-El aprendizaje como resultado clave en los procesos de innovación

En la mayoría de los proyectos e iniciativas desarrollados ha sido tan importante el  aprendizaje del propio proceso como el resultado final obtenido. Aprender es, por tanto, una tarea crítica.

Es necesario tratar el conocimiento generado en los procesos de innovación para que sea conocido, difundido y se convierta en valor y aprendizaje para nuevas iniciativas. Todas las organizaciones del conocimiento e innovación tenemos que seguir trabajando en esta dirección.

Para ello, el primer paso consiste en aprender a desaprender, ser capaces de tener la mente abierta para aceptar nuevos paradigmas que ponen en entredicho la manera tradicional en la que siempre se han hecho las cosas, romper esquemas mentales para empezar a construir y apropiarnos de nuevo conocimiento.

 

– Extender una cultura de innovación es una inversión para el futuro

La innovación se contagia. Por eso es importante comunicar y compartir resultados, y proveer una narrativa sólida y consistente de pequeños y grandes logros en innovación, accesible a los diferentes públicos, que abonen el terreno para los resultados a largo plazo que a veces lleva tiempo conseguir. Tenemos que celebrar juntos los pequeños y grandes avances, compartiendo, de forma generosa, el éxito entre todas las organizaciones y personas involucradas.

La forma que debe tomar la innovación vasca está en nuestras manos, las de toda la sociedad vasca. Y en Euskadi la innovación nutre nuestro modelo de crecimiento. Son numerosos los actores que promueven actividades para dar a conocer su actividad innovadora, como también es numerosa su audiencia.

El esfuerzo para prestigiar la imagen de Euskadi como territorio innovador tiene retornos sociales y económicos, porque visibiliza el compromiso compartido con un modelo de país avanzado, reconoce los logros del Sistema Vasco de Innovación y apoya la inversión en el largo plazo, incluso en ciclos de contracción económica. En este contexto, las  marcas son un activo para la innovación, siendo Innobasque una marca reconocida que contribuye al posicionamiento de Euskadi como territorio innovador.

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