El Foro Económico Mundial  destaca Bilbao-Euskadi, como una de las seis ciudades pequeñas que analiza en profundidad y que son motor de productividad y crecimiento, esenciales para el desarrollo de la competitividad de las regiones. Dubai (EAU), Singapur, Detroit (EE UU), Monterrey (México), Ningbo (China) y Surat (India) acompañan al botxo en el informe “La competitividad de las ciudades”, que también pone el acento en otras 26 grandes urbes del planeta. La competitividad urbana viene determinada por la combinación de políticas, instituciones, estrategias y procesos que determinan una productividad sostenible social, económica y medioambientalmente.

Euskadi destaca principalmente en liderazgo y visión, así como descentralización, coordinación y colaboración. El estudio relata cómo en un breve periodo de tiempo Bilbao se ha transformado radicalmente gracias a una estrategia dual, abierta y conectada con el mundo, y al mismo tiempo, al servicio de sus ciudadanos, empresas y grupos de interés locales. Esta estrategia ha co-creado una propuesta de valor única alineada con su identidad, cultura y valores y que tiene en el partenariado público-privado uno de sus elementos diferenciales.

El Foro Económico Mundial extrae una lección clave del caso vasco: la co-creación de valor, basado en cuatro pilares:

  1. Visión compartida a largo plazo: bajo un liderazgo público y múltiples estrategias, a través de instrumentos específicos de dirección y financiación y en constante evaluación

  2. Partenariados público-privados y público-público

  3. Vector socio-económico que dirige el proceso de un modo integral para generar un área de competitividad y bienestar, hacia afuera (conectividad internacional) y hacia adentro (inclusivo).

  4. Autogobierno, adueñándose de su propio futuro

La innovación aparece como un conductor clave en estra tama. El informe hace referencia al nacimiento de la Agencia Vasca de la Innovación, Innobasque, y subraya la importancia de los planes de innovación en áreas socio-económicas clave, así como de la Red Vasca de Ciencia, Tecnología e Innovación, formada por centros tecnológicos, centros de investigación básica y de excelencia, que cuentan con 8.000 investigadores. En cuanto al capital social, llama la atención de nuevo sobre Innobasque, por sus programas de innovación social que utilizan herramientas adecuadas de  asociaciones innovadoras para crear y fomentar una cultura de innovación en el país.  

El análisis concluye del siguiente modo: “el modelo vasco ha sido construido con un esfuerzo sostenible y compromiso en un proceso que ha durado 35 años. Todo el mundo sabe que la competitividad de las ciudades es, por definición, un camino inconcluso. Llegarán nuevas demandas, necesidades, agentes y objetivos. Y deberán aplicarse estrategias evolucionadas a medida en cualquier momento.” La innovación seguirá siendo crítica.

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