El Foro Económico Mundial ha publicado su más reciente «Informe de Riesgos Globales«, en el que destaca las mayores amenazas a las que se enfrenta la humanidad en este 2025. Este informe, basado en encuestas a personas expertas y líderes mundiales, ofrece una visión integral de los desafíos que podrían dar forma a nuestro futuro inmediato y a largo plazo.
Conflictos armados entre estados: una amenaza inminente
El informe señala que los conflictos armados entre estados se sitúan como el riesgo global más crítico para 2025, según casi una cuarta parte de las personas expertas consultadas. El incremento en las tensiones geopolíticas y la fragmentación internacional refleja un mundo donde las disputas territoriales y de poder son cada vez más frecuentes.
La reciente reelección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos ha añadido una capa adicional de incertidumbre en muchos casos. Sus políticas exteriores y comerciales podrían intensificar las tensiones existentes, afectando no solo a Estados Unidos, sino también a sus aliados y adversarios.
Crisis climática: una amenaza que no cesa
A largo plazo, los riesgos medioambientales dominan las perspectivas. Los fenómenos meteorológicos extremos, la pérdida de biodiversidad y el colapso de los ecosistemas se sitúan entre las principales amenazas para la próxima década. El informe destaca que, en 2024, el planeta superó por primera vez el umbral de calentamiento de 1,5°C, lo que intensifica la urgencia de acciones inmediatas para mitigar los efectos del cambio climático.
Desinformación: un peligro continuo
La desinformación y la propagación de información falsa continúan siendo una preocupación clara. Por segundo año consecutivo, este fenómeno encabeza la lista de riesgos a corto plazo, subrayando su amenaza constante para la cohesión social y la gobernanza global. La difusión de noticias falsas erosiona la confianza pública y profundiza las divisiones sociales, dificultando la cooperación necesaria para abordar desafíos globales.
La proliferación de plataformas digitales y la falta de regulación efectiva han permitido que la desinformación se propague rápidamente, influyendo sobre procesos democráticos y decisiones críticas en salud pública y medio ambiente.
Los conflictos armados, la crisis climática y la desinformación son las mayores amenazas que enfrenta la humanidad en 2025, según el Foro Económico Mundial.
Revolución tecnológica: promesas y desafíos
La revolución tecnológica actual ofrece innumerables oportunidades, pero también plantea riesgos significativos. El desarrollo “no controlado” de la inteligencia artificial y otras tecnologías emergentes sin una gobernanza adecuada podría incrementar las desigualdades y crear nuevas formas de conflicto.
La falta de marcos regulatorios claros y la rápida adopción de estas tecnologías sin una comprensión completa de sus implicaciones podrían llevar a consecuencias no deseadas, lo que redunda, por parte de algunos sectores, en la necesidad de trabajar en cuestiones éticas y normativas para garantizar que la innovación tecnológica beneficie a toda la humanidad.
Gobernanza global debilitada: un desafío estructural
El informe enfatiza que los riesgos globales no son eventos aislados, sino que están profundamente interconectados. La desinformación puede incrementar las tensiones geopolíticas, mientras que los conflictos armados pueden agravar las crisis medioambientales. Esta interdependencia complica la gestión de riesgos y requiere una cooperación internacional más estrecha y coordinada.
La actual fragmentación del orden mundial y el auge de planteamientos nacionalistas dificultan la colaboración necesaria para abordar estos desafíos, por lo que parece necesario revitalizar las alianzas globales y fortalecer las instituciones internacionales para enfrentar eficazmente las amenazas compartidas.
Recomendaciones para el futuro
Ante este panorama, el Foro Económico Mundial insta a líderes políticos, empresariales y sociales a:
- Fortalecer la cooperación internacional: revitalizar las alianzas globales para abordar desafíos compartidos y evitar una mayor fragmentación.
- Promover la alfabetización mediática: implementar programas educativos que capaciten a la población para identificar y combatir la desinformación.
- Adoptar políticas medioambientales sostenibles: desarrollar e implementar estrategias que mitiguen el cambio climático y protejan la biodiversidad.
- Establecer marcos regulatorios para tecnologías emergentes: crear directrices éticas y normativas para garantizar que la innovación tecnológica beneficie a toda la humanidad.
La interconexión de los riesgos globales exige fortalecer la cooperación internacional y revitalizar las alianzas para abordar desafíos compartidos.