Conceptualizada hace unos 50 años, la economía circular separa las necesidades del crecimiento de las de recursos y aboga por un modelo de creación de empleo donde los sistemas industriales están diseñados para fortalecerse. Productos, componentes, recursos sin explotar y materiales son utilizados de nuevo en cadenas de valor adecuadas capaces de mantener el crecimiento económico.

Así, por ejemplo, el concepto está siendo aplicado en la ciudad de Atlanta con un proyecto financiado con fondos privados de 325 millones de dólares para revitalizar un corredor ferroviario de 22 km que rodea la ciudad. El gobierno chino también lo aplica en su plan quinquenal, aunque en este caso los proyectos todavía están en un nivel básico de reciclaje de residuos y eficiencia en fabricación, y no asumen un  nivel más alto, repensando los modelos de negocio que se centran en la prestación de servicios en lugar de hacer productos que con el tiempo acaban en el vertedero.

Una compañía que sí ha alcanzado ese grado es la holandesa Royal DSM, que ha desarrollado un nuevo material de revestimiento para paneles solares que genera más energía que los recubrimientos actuales. En lugar de hacer nuevos paneles solares, la empresa utiliza los existentes de otras empresas.

La empresa de bebidas SABMiller también está cosechando los beneficios de un modelo de negocio basado en la economía circular. Utiliza y reutiliza sus botellas en numerosas ocasiones, ahorrando millones de dólares en el proceso. También está haciendo uso de sus aguas residuales para generar energía. La compañía ha creado un crecimiento circular no sólo en el negocio, sino en toda la cadena de valor, incluyendo proveedores y minoristas.

El modelo lineal de crecimiento económico, donde los recursos son finitos, se utilizan y luego son eliminados, tendrá dificultades en un mundo que en 2030 tendrá 8.000 millones de personas, de los cuales 3.000 millones serán nuevos consumidores de clase media, según datos del Foro Económico Mundial. Hay una enorme oportunidad de negocio en la reducción de los residuos de alimentos, agua y energía.

Los desafíos de la ampliación de la oferta de recursos para satisfacer la demanda futura no tienen precedentes. La metodología «toma-haz-dispón» produce desperdicios masivos. La economía circular se presenta como una oportunidad de reducir los costes de material que puede equivaler a un ahorro de mil millones de dólares al año en 2025.

Más información en el informe “Hacia la economía circular” de Foro Económico Mundial y en “Circular Economy: scaling up best practices worldwide” del think tank Friends of Europe.

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