En el marco del Dubai Future Forum, celebrado los 10, 11 y 12 de octubre, y en el que la Agencia Vasca de la Innovación, Innobasque fue invitada a participar, la experta en futuros Amy Webb (CEO de Future Today Institute) llamó la atención sobre el virus del “ahorismo”, que se incuba en la incertidumbre y el temor, y que se está propagando rápidamente en el mundo.

Se refería con este término a la tendencia de los gobiernos, las empresas y la sociedad en general a centrarse en el presente y en el corto plazo, en vez de imaginar futuros plausibles o preferidos. Pero es precisamente en estos momentos de gran complejidad e incertidumbre cuando debería hacerse más necesario que nunca el pensamiento orientado al futuro. Los gobiernos se enfrentan a cambios en las necesidades de los ciudadanos, a nuevas amenazas procedentes del exterior, y a factores que pueden poner en cuestión el bienestar de la ciudadanía. Por su parte, las empresas tienen ante sí disrupciones en sus propuestas de valor, nuevos actores irrumpen en sus ecosistemas, y constatan   que se plantean barreras para la adquisición y retención de talento. La sociedad está perdiendo la confianza en las instituciones, muestra una cierta apatía hacia lo público, y percibe una pérdida de autonomía a la hora de desarrollar sus potencialidades.

El ahorismo se refiere a la tendencia de los gobiernos, las empresas y la sociedad en general a centrarse en el presente y en el corto plazo, en vez de imaginar futuros plausibles o preferidos.

¿Es posible  revertir esta tendencia? Nuestros líderes se sienten cómodos con los informes de tendencias porque les dan una cierta seguridad, pero deben dar un paso más allá, imaginar escenarios futuros y crear estrategias para mitigar riesgos y propiciar estrategias de crecimiento. Se debe avanzar hacia una nueva era de la prospectiva, más práctica y medible, que defina cómo hacer real el futuro preferido y los mecanismos para avanzar hacia él. Hay que enfatizar la acción para avanzar hacia las opciones elegidas y medir el impacto en cuatro escenarios temporales diferentes: operativo (6-12 meses), estratégico (1-2 años), de visión (2-5 años) y de transformación (5-10 años).

Durante el Fórum, Dubái dio muestras de no estar contagiado por el ahorismo. Su visión sobre su futuro se está materializando en infraestructuras y sectores en los que quieren convertirse en referencia, y ya despuntan en sectores (turismo, comercio y transporte) y en otras áreas (economía digital, inteligencia artificial, sector aeroespacial, …). El Gobierno del país ha incorporado un Ministerio de Inteligencia Artificial, Economía Digital y aplicaciones de Trabajo Remoto. Y hay que tener en cuenta que, simultáneamente con el Foro, se celebró la Dubai Metaverse Assembly.

Se debe avanzar hacia una nueva era de la prospectiva, más práctica y medible, que defina cómo hacer real el futuro preferido y los mecanismos para avanzar hacia él

Dubái está siguiendo la estela de otros países que llevan años usando la prospectiva para imaginar sus futuros preferidos y hacerlos realidad. Cabe señalar las experiencias que se compartieron en los foros de Gales, Singapur y Canadá, del National Intelligence Council (NIC) de los  Estados Unidos, o la visión de la ONU. La normativa está exigiendo a las instituciones demostrar cómo se está pensando en el futuro, así como prever el impacto a largo plazo de las iniciativas que se ponen en marcha, para prevenir problemas y evitar riesgos. Por su parte, la Agencia Nacional de Inteligencia norteamericana compartió el informe “Global Trends 2040”, y la ONU puso en valor el trabajo de prospectiva para la definición de los objetivos de desarrollo sostenible y de “Our Common Agenda” con recomendaciones para fomentar un pensamiento con visión de futuro sobre la innovación en la gobernanza mundial, de cara a la Cumbre del Futuro de 2023.

Todos estos documentos coinciden en que lo que se hace en el presente afectará al futuro de muchas generaciones, y en que hay que abordar la construcción del porvenir de forma holística, transdisciplinar, reconociendo que todo está conectado, uniendo lo público lo privado y en colaboración entre todos los sectores, todas las organizaciones y la ciudadanía. Y, en la era de la conexión entre lo humano y la inteligencia artificial pensar e imaginar futuros alternativos.

Como herramienta para el diseño de futuros, se propuso la utilización de futuros experienciales y gamificación, que ofrecen entornos inmersivos que ayudan a experimentar posibles opciones, y riesgos, de forma realista, pero en un entorno seguro.

Para combatir el ahorismo es imprescindible la educación, desde los niveles más elementales de la escolarización, así como fomentar en la sociedad la curiosidad, la capacidad de imaginar y aceptar soluciones alternativas, la creatividad, la generosidad, y combinar lo cualitativo y lo cuantitativo para medir y comprender el futuro. Así mismo, es necesario promover la educación, las redes y las herramientas que faciliten el pensamiento interdisciplinar e intercultural, Algo para lo que, hoy por hoy, no estamos aún preparados.

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