En un reciente foro tecnológico en Pekín, una empresa china ha sorprendido al mundo con una interfaz cerebro-máquina (BCI) que ha permitido a un mono controlar un brazo robótico mediante sus pensamientos.

Desarrollado por NeuCyber NeuroTech y el Instituto Chino de Investigación del Cerebro, este avance subraya el acelerado progreso de China en esta tecnología. Sin embargo, lo más inquietante para occidente, es el creciente interés de China en BCIs no invasivas para la población general, destinadas a fines no médicos como la mejora de la atención y la regulación del sueño.

Margaret Kosal, profesora asociada en el Instituto de Tecnología de Georgia, destaca una diferencia crucial entre EE.UU. y China en su enfoque de investigación BCI. Mientras que Estados Unidos separa la ciencia civil de la militar, China las integra, lo que genera preocupación. Kosal advierte que la estructura gubernamental y los objetivos militares de China podrían llevar a una adopción masiva de BCIs en sectores comerciales y militares, redefiniendo el equilibrio global en esta tecnología emergente.

Artículo de referencia:
https://www.wired.com/story/china-brain-computer-interfaces-neuralink-neucyber-neurotech/

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