Londres, mediados del siglo XIX. La única hija reconocida del afamado poeta George Byron se educa con su madre en la alta sociedad londinense. Se define a sí misma como poetisa científica ya que pronto empieza a mostrar interés por las matemáticas. En aquel entonces ni los más visionarios podían imaginar que el mundo acabaría dependiendo de unas líneas de código. Las primeras fueron obra de Ada Lovelace Byron y resultaron ser el origen de la programación informática.

 Ada murió a la temprana edad de 36 años, pero su legado y su ejemplo han llegado hasta nuestros días. Ser mujer en un mundo de hombres es difícil. Serlo en el siglo XIX y lograr ver los méritos profesionales reconocidos es titánico. Ada Lovelace ha pasado a la Historia por ser la primera persona programadora. Su figura ha atravesado más de cien años y hoy es un referente.

La Facultad de Ingeniería de la Universidad de Deusto reivindica su trabajo con la  cuarta edición del Premio Ada Byron, que destaca el trabajo de las mujeres que aportan avances significativos en el mundo de la tecnología. Así se pretende que las niñas de principios del siglo XXI tengan unos referentes que las animen para fomentar unas vocaciones en esta disciplina que cada vez son más necesarias y, paradójicamente, cada vez más escasas.  

Pueden presentarse candidaturas hasta el 8 de marzo. El premio está patrocinado por la Facultad de Ingeniería de Deusto y cuenta con el apoyo de IK4, Emakunde, Diputación Foral de Bizkaia, así como Basque BioCluster e Innobasque. El galardón, dotado con 3.000 euros, se entregará coincidiendo con la V edición de ForoTech, Semana Deusto de la Ingeniería y la Tecnología, que se celebrará en Bilbao del 5 al 7 de abril.

 

 

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