Con un presupuesto de casi 77.000 millones de euros, Horizonte 2020 es el macroprograma de investigación e innovación de la Unión Europea para el periodo 2014-2020. Su finalidad es abordar los principales retos sociales, promover el liderazgo industrial en Europa y reforzar la excelencia de su ciencia. Sin embargo, el continente tiene la vista puesta más allá y ya empieza a trabajar en el siguiente Programa Marco que cubrirá el periodo 2012-2018.

Esta nueva iniciativa que empieza a abordarse impulsará la I+D+i con el fin de atraer a más empresas de primer nivel, ofreciéndoles nuevas oportunidades de crecimiento, según un informe de la Comisión Europea que analiza cómo maximizar el impacto de los programas de investigación e innovación de la UE.

El informe, redactado por altos funcionarios de la Comisión, es la base para el análisis de la relación entre la inversión en innovación e I+D de la UE y el rendimiento económico que provoca, y destaca posibles vías el impacto y el crecimiento.

Así, Horizonte 2020 está resultando ser una buena herramienta para algunas de las mejores universidades del mundo. Habría, sin embargo, campo de mejora atraer a más empresas de primer nivel al programa, ya que a pesar de los adelantos tecnológicos, la UE ha creado pocas empresas dominadoras de nuevos mercados, se afirma en el informe.

Este documento será utilizado por un grupo de alto nivel de 12 expertos encabezados por el ex director general de la Organización Mundial del Comercio y el jefe comercial de la UE Pascal Lamy, quien en junio presentará una propuesta para el programa 2021-2028 de la UE.

En este contexto, la participación de la UE en los gastos brutos mundiales en investigación e innovación ha caído de ser una cuarta parte en el año 2000 a una quinta parte en 2013. En el mismo período, la cuota de la UE en la producción mundial de publicaciones científicas disminuyó de un tercio a un cuarto, y la cuota de la UE en patentes mundiales ha experimentado la misma evolución.

Paralelamente a este proceso de trabajo, la Comisión ha puesto en marcha un ejercicio de planificación de escenarios a largo plazo denominado Bohemia Study, que se completará a mediados de año, según informa la revista Science Business.

Las conclusiones influirán en los últimos tres años del gasto en Horizonte 2020 y serán el instrumento del comisario de Investigación de la UE, Carlos Moedas, de cara al próximo ciclo que empezará en 2021.

El citado informe describe que en las últimas décadas han aparecido nuevos mercados basados ​​en las TIC, la biotecnología, el consumo de Internet y, más recientemente, la economía colaborativa. A pesar de los adelantos tecnológicos, la UE ha creado pocas empresas que ahora dominan estos nuevos mercados, advierte.

Así las cosas, la Comisión pretende introducir cambios en los dos últimos años del programa Horizonte 2020 para atraer a más talentos. Estos incluyen la adopción de un enfoque completamente «de abajo hacia arriba” para que los proyectos innovadores transversales y tecnologías tengan más éxito en lograr financiación de este tipo de programas y convocatorias, con la esperanza de que puedan escalar más rápido.

Aunque Horizonte 2020 sólo representa el 10% del gasto público total en I + D en la UE. Sin embargo, en países como Chipre supone el 25,9% del gasto bruto en investigación, alrededor del 10% del de  Malta y un 5% del rumano. En lugares como  Alemania o Francia, esta cifra es del 1,5%. Sin embargo, los Estados miembros menos poderosos están obteniendo menos de la investigación de la UE que en 2007-2013, por lo que es necesario encontrar vías para aumentar su capacidad de investigación e innovación, con el fin de aumentar la competitividad global de toda la Unión Europea.

Por otro lado, la eficacia no siempre debe significar nuevos descubrimientos científicos o más puestos de trabajo, señala el informe. Horizonte 2020 también es útil cuando Europa se enfrenta a emergencias y debe responder a crisis humanitarias. En los últimos años, el dinero de Horizonte 2020 ha contribuido a ayudar a los refugiados que huyen de la guerra de Siria a encontrar nuevos puestos de trabajo en Europa. Y pudo  destinar 45 millones de euros a combatir los brotes de enfermedades como el Zika o el virus del Ebola, según recoge Science Business. 

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