Recientemente conocíamos la noticia de que la empresa alavesa de robótica, Erle Robotics, ha sido adquirida por la compañía suiza Acutronic Link Robotics AG, líder global en soluciones para la simulación de movimientos de precisión. Víctor Mayoral Vilches, co-fundador y CTO de Erle Robotics y Carlos Uraga Pastor, CEO de Erle Robotics, serán los directivos al frente de Acutronic Robotics que operará desde España, Suiza y Estados Unidos, según informaba Euskadi Tecnología. Erle Robotics fué fundada en 2014 por los hermanos Víctor y David Mayoral Vilches en Vitoria. Víctor ha querido compartir sus aprendizajes en el siguiente post, publicado originalmente en Medium:

«Esta historia relata la aventura de cómo dos hermanos de 24 y 21 años convierten una pequeña empresa con tan solo 3000 € en una compañía multimillonaria.

Despegar por primera vez es difícil, siempre

Erle comenzó en 2012 como un proyecto (en ese entonces denominado Proyecto Erle Robot) que motivado por nuestras experiencias previas pretendía crear herramientas para desarrolladores en el área de la robótica. Hardware y software que apoyara a ingenieros e ingenieras de robótica a la hora realizar su trabajo sin tener que “reinventar la rueda” cada vez que creaban un nuevo robot — esto es en realidad lo que ha ocurrido en la robótica durante muchos años. Para más información, recomiendo leer este artículo (en inglés).

David y yo comenzamos la aventura Erle con apenas 3000 euros que pedimos prestado a nuestro padre, Patxi. En ese entonces, no teníamos oficina de modo que comenzamos utilizando una de las habitaciones libres que teníamos en casa. No había demasiada gente que estuviera al tanto de lo que hacíamos y aquellos que lo sabían, no pusieron mucho interés. Estábamos sin duda haciendo algo fuera de lo común, lo cual, en cierto modo, podía justificar la falta de interés por parte de terceros pero más allá de nuestras actividades, nos dimos cuenta de que “fallar” en el sur de Europa es inaceptable. El miedo a cometer errores o equivocarse hizo que muchos y muchas se alejaran de nosotros desde un principio.

David y yo siempre hemos sido tenaces de modo que motivados por la creciente popularidad (ya en ese entonces) de los llamados drones, decidimos centrarnos en robots aéreos y poco a poco comenzamos a diseñar, prototipar, ensamblar y testear los primeros conceptos que más tarde se convertirían en aquellos cerebros artificiales para miles de robots y drones por todo el mundo. Comenzar algo por primera vez es sin duda difícil y en nuestro caso no fue diferente. Tuvimos que reorientar nuestra estrategia (o pivotar en la jerga de las startups) en varias ocasiones.

Las estadísticas apuntan a que lo más probable es no tener éxito cuando uno emprende pero cada fallo, ofrece una oportunidad. La oportunidad de presentar la actitud apropiada y convertir cada caída en una posibilidad de levantarse más fuerte, mejor.

Una startup de robótica necesita dinero.

Después de algunos prototipos que acabaron con nuestros pocos recursos, obtuvimos los primeros resultados. Conseguimos crear una plataforma de hardware integrada y basada en Linux para construir diferentes tipos de robots. Estábamos muy contentos y sentimos que había un potencial relevante para hacer negocio con ello. ¡Era el momento de buscar financiación!

Desafortunadamente, todos los inversores privados con los que hablamos en ese entonces no parecían estar interesados. Las apps estaban de moda. Prácticamente todo el mundo pensaba que Android y iOS eran todo lo que necesitabas saber para moverte por el mundo de los emprendedores. Utilizar recursos propios (las famosas 3Fs) y construir un prototipo mínimo viable durante el fin de semana era común pero nosotros tratábamos de hacer algo diferente. Queríamos crear hardware. Robots. Necesitábamos dinero.

Mientras que la mayoría de los inversores consideraban nuestra iniciativa como algo demasiado arriesgado, tuvimos la fortuna de ser apoyados por el Gobierno Vasco a través del BIC Araba (conocido anteriormente como CEIA) y su programa Ekintzaile. Un apoyo que nos permitió financiar más iteraciones de nuestra tecnología y conseguir el punto de madurez necesario para finalmente convencer a inversores privados.

La clave es el equipo
Una vez tuvimos a nuestra disposición el capital necesario para crecer, comenzamos a contratar a un equipo. Contratamos a nuestro padre como la persona a cargo de los aspectos financieros en la compañía — alguien en quien podíamos confiar mientras nos centramos en desarrollar la tecnología y su comercialización. Contratamos también a Alex, Iñigo e Irati como nuestros primeros ingenier@s. Recién titulados e increíblemente inteligentes, todos ellos nos ayudaron a llevar a cabo nuestra visión paso a paso. Poco a poco fuimos incorporando más y más miembros. Lander, Asier y otros llegaron después.
Una aventura así requiere sin duda de gente en la cual puedas confiar de modo que contratamos poco a poco y con mucho cuidado. Durante estos últimos años aprendimos una y otra vez que en una startup tienes que estar preparado para contratar pero también para despedir.

Nuestra experiencia nos indica que todo aquel que quiera emprender debería mantenerse lejos de individuos que buscan reconocimiento y desarrollo propio a costa del trabajo de sus compañeros y compañeras. Entender tu equipo es tan importante como tener un claro entendimiento de tu mercado. El equipo es la clave y aquellos que no lo entiendan acabarán tarde o temprano fracasando.

Los fundadores no proclamados
La mayoría de las historias sobre startups hablan de los fundadores: su capacidad de liderazgo, su capacidad de hablar en público y transmitir ideas, sus ideas innovadoras… sin duda estos elementos son un aspecto importante en una startup pero existe otro ingrediente que cuanto menos es tan relevante como los fundadores en sí:
se trata de los fundadores no proclamados, aquellos miembros del equipo que sin considerarse comúnmente fundadores, son una parte imprescindible de la historia de toda startup.

En el caso de Erle Robotics, tenemos dos fundadores no proclamados: el primero de ellos es Patxi Mayoral Pizarroso que como algunos podrán notar, es el padre de los fundadores. Patxi ayudó en la construcción de Erle Robotics desde el primer minuto. Además de haber estado a cargo de los aspectos financieros y contables, ha proporcionado consejos sobre la estructura de la empresa, tecnología, gestión, … ha tomado parte en cada hito relevante de la empresa y su sacrificio es tanto como el de cualquier otro fundador.

Por encima de todo, Patxi ha sido el principal culpable de mantener unido a todo el equipo. Los problemas entre fundadores son un conflicto habitual en startups (de hecho, la mayoría de startups fallan por conflictos internos entre los fundadores) pero Patxi ha permanecido firme y en todo momento ha sido capaz de encontrar el punto de equilibrio entre los fundadores y el equipo. Sin Patxi, Erle Robotics no existiría a día de hoy.

El otro fundador no proclamado es Alejandro Hernández Cordero. Alex y yo estudiamos juntos en la Universidad. Él podría perfectamente haber sido unos de los fundadores, no obstante, por razones personales, Alex decidió unirse más tarde y se convirtió en el primer empleado de Erle Robotics. A pesar de su condición de no-fundador, su dedicación, esfuerzo y sacrificio han sido ejemplares. Es un ingeniero increíble con amplia experiencia internacional en el área de la robótica. Es brillante, honesto y se comunica bien en público.

Alex es uno de los principales agentes que ha empujado a Erle Robotics a ser lo que es. Toda startup necesita un Alex. Si te planteas fundar una empresa tecnológica, piensa detenidamente en quién va a ser tu Alex, posiblemente esté más cerca tuyo de lo que te puedas imaginar.

Aprende a celebrar los éxitos
Como ya se ha comunicado en otros medios, Erle Robotics ha sido oficialmente adquirida por Acutronic Robotics, una empresa llamada a convertirse en una firma líder de robótica centrada en una nueva generación de soluciones.

La nueva compañía tendrá tres líneas principales de negocio: Acutronic Robotics se encargará del desarrollo, implementación y despliegue de H-ROS; venta y comercialización de los componentes de hardware para robots y drones de la marca Erle Robotics; servicios de ingeniería en torno a la robótica para empresas y organizaciones gubernamentales.

A pesar de las buenas nuevas que todo esto supone para nosotros, hemos de reconocer que durante mucho tiempo hemos pecado de “no saber celebrar los éxitos”. Para un emprendedor es tan importante mantenerse centrado como saber celebrar los pequeños éxitos. Bülent Atlan, uno de nuestros advisors compartió conmigo una vez:
Si trabajas duro, celébralo.

El camino hacia el futuro
La robótica está a punto de explotar y cambiar nuestras vidas. Erle Robotics es ya parte de la división de robótica de una compañía multinacional que contempla grandes planes para el futuro próximo. Estamos ilusionados de poder formar parte de un ecosistema tecnológico con tanta proyección y prestigio. El apoyo obtenido en esta operación hará que nuestra visión en torno al futuro de los robots y su hardware (resumida en H-ROS) permita que en un futuro cercano, cualquier persona pueda trabajar con robots sin necesidad de conocimientos técnicos especializados.

Durante estos últimos años hemos tenido la suerte de poder contratar a perfiles con más experiencia que nos han apoyado. Un caso particular es Carlos Uraga Pastor (que tomó el relevo de la posición de CEO en Erle). Carlos nos ha ayudado a alcanzar la madurez que necesitábamos mostrando una dedicación y actitud no inferiores a las de cualquier otro fundador. Al igual que Carlos, el resto del equipo continuará con nosotros en esta aventura que continúa con el mismo lema: «La mejor forma de predecir el futuro es inventarlo» — Alan Kay.

Me gustaría aprovechar la oportunidad para agradecer a todos aquellos y aquellas que a nivel individual o grupal nos han apoyado durante estos años. Particularmente, gracias a mi familia (va p0r ti Mama!) y a mi novia Keila, gracias también a BIC Araba (anteriormente conocido como CEIA) por su apoyo, al IE Business School por una increíble formación en materia de emprendimiento, al programa TechFounders por facilitarnos sobretodo conexiones críticas a nivel europeo y por último gracias a todo el ecosistema del País Vasco y de España por su constante apoyo.

Especialmente, me gustaría dar las gracias a nuestro equipo en Erle Robotics. Haber sido capaz de trabajar con vosotros es la mayor recompensa.

Durante estos últimos años hemos tenido la suerte de poder contratar a perfiles con más experiencia que nos han apoyado. Un caso particular es Carlos Uraga Pastor (que tomó el relevo de la posición de CEO en Erle). Carlos nos ha ayudado a alcanzar la madurez que necesitábamos mostrando una dedicación y actitud no inferiores a las de cualquier otro fundador. Al igual que Carlos, el resto del equipo continuará con nosotros en esta aventura que continúa con el mismo lema:

Me gustaría aprovechar la oportunidad para agradecer a todos aquellos y aquellas que a nivel individual o grupal nos han apoyado durante estos años. Particularmente, gracias a mi familia (va p0r ti Mama!) y a mi novia Keila, gracias también a BIC Araba (anteriormente conocido como CEIA) por su apoyo, al IE Business School por una increíble formación en materia de emprendimiento, al programa TechFounders por facilitarnos sobretodo conexiones críticas a nivel europeo y por último gracias a todo el ecosistema del País Vasco y de España por su constante apoyo.

Especialmente, me gustaría dar las gracias a nuestro equipo en Erle Robotics. Haber sido capaz de trabajar con vosotros es la mayor recompensa.

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