Las ciudades cambian rápidamente. Esto sucede en gran parte por la emergencia de nuevos modelos de negocio y la tecnología, que cubren un amplío rango de servicios urbanos como movilidad, infraestructura, energía, agua, gestión de residuos, salud, seguridad, bienestar, medio ambiente, concocimiento, competencias y cultura. También requiere de la implicación de un gran número de grupos de interés en el proceso de diseño y administración, incluyendo a gobiernos, ciudadanos, el sector privado o las ONG:

El informe Inspiring Future Cities & Urban Services del World Economic Forum, identifica de qué modo la tecnología y los nuevos modelos de negocio disruptivos están cambiando el modo en el que las ciudades operan; cambios provocados por la economía circular, la economía colaborativa, integración digital de servicios, externalización innovadora de servicios, revitalización de activos, de manera que las ciudades puedan hacer más con menos.

Las ciudades quieren abrazar la innovación para afrontar los retos urbanos en un contexto de presupuestos congelados, estructuras gubernamentales débiles, falta de liderazgo, compromiso y credibilidad y problemas externos como cambios demográficos o migraciones.  

Gregory Hodkinson, presidente de Arup Group, afirma: Hoy, el 54% of de la población global vive en ciudades, pero para 2050 se espera que 66%, lo cual incrementará la población urbana a 2.500 millones de personas. Mientras las ciudades se enfrentan a numerosos retos como el cambio climático, el desarrollo económico, la segregación social, nuevos y emergentes modelos de negocio y la tecnología está cambiando el modo de distribuir los servicios urbanos aumentando la eficiencia urbana. Sin embargo, la tecnología no lo arregla todo, ya que es necesaria una aproximación holística para transformar el diseño, gobernanza y aspectos normativos.

En la Cuarta Revolución Industrial veremos el mayor cambio industrial en una generación, cambiando el modo en el que trabajamos y vivimos en entornos urbanos.

Innovaciones como la impresión 3D, inteligencia artificial y la próxima generación robótica cambiarán los modelos de trabajo y producción tal y como los conocemos en maneras imposibles de predecir. Ciudades y negocios necesitarán ser flexibles y adaptables al cambio. En este contexto, la colaboración público privada será necesaria para que las ciudades puedan realizar la transformación de manera adecuada, apuntan desde el World Economic Forum, desde donde proponen un plan de acción con 10 fases para navegar hacia la transformación urbana:

1.-Identificar el ADN de la ciudad

2.-Identificar retos

3.-Desarrollar una visión compartida

4.-Identificar y priorizar objetivos

5.- Desarrollar programas

6.-Revisar la normativa

7.- Desarrollar capacidades

8.- Financiación

9.- Conseguir “quick wins”

10.-Gestionar los  beneficios y monitorizar

 

La Declaración Vasca

Europa no vive ajena a estas oportunidades. Por ello, estos días se está celebrando en Bilbao la 8ª Conferencia Europea de Ciudades y Pueblos Sostenibles co-organizada por ICLEI – Gobiernos Locales por la Sostenibilidad, Gobierno Vasco, Diputación Foral de Bizkaia y Ayuntamiento de Bilbao, junto a Udalsarea 21. También cuenta con el apoyo de la Diputación Foral de Álava, La Diputación Foral de Gipuzkoa, el Ayuntamiento de Donostia-San Sebastián y el Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz. Más de  800 representantes de gobiernos locales y regionales, instituciones europeas e internacionales, organizaciones multilaterales, miembros de la comunidad científica, del sector privado y de la sociedad civil, están tomado parte en ellas. Todos han mostrando su apoyo a la Declaración Vasca, un documento que define los nuevos caminos para que las ciudades y pueblos europeos puedan convertirse en municipios productivos, sostenibles y resilientes, en el marco de una Europa más habitable e inclusiva. La Declaración Vasca incluye 15 formas de apoyar y acelerar transformaciones socio-culturales, socio-económicas y tecnológicas que aseguren una calidad de vida digna a la ciudadanía, a la vez que se respetan los ecosistemas locales y globales y los recursos naturales disponibles. El texto propone la estimulación de las cadenas de valor locales aplicando formas innovadoras para avanzar hacia una economía circular y poder financiarla. En cuanto a la transformación tecnológica, pone de manifiesto la importancia de utilizar tecnologías inteligentes, integrando la contratación pública   como una herramienta potente y la utilización de estándares open-data.

 

 

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