El gobierno alemán ha anunciado un plan de subvenciones por valor de aproximadamente 2.000 millones de euros destinado a fortalecer su industria de semiconductores. Este movimiento estratégico busca consolidar a Alemania como un actor clave en el mercado global de chips, en medio de una creciente competencia tecnológica y geopolítica. Según la información publicada por BNN Bloomberg, los fondos se destinarán a fomentar la innovación y atraer nuevas inversiones a este sector crítico, considerado esencial para la autonomía tecnológica europea.
La iniciativa se enmarca en un esfuerzo más amplio de la Unión Europea, que aspira a duplicar su cuota de producción mundial de chips para 2030 mediante el Chips Act. Alemania, como motor económico del continente, está tomando un rol de liderazgo con medidas como esta. Dos empresas, Intel y TSMC, ya han recibido financiación por parte de esta iniciativa, y hay voces que indican que este movimiento de Alemania responde en ciertas presiones por parte de estas empresas para mantenerse en el país.
Estos movimientos ponen de manifiesto cómo las políticas públicas están redefiniendo la geopolítica de la tecnología y el papel de Europa en la carrera por los semiconductores, no solo en el contexto global, sino también entre países de la propia Europa.
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