Tras un largo tiempo de espera (la última publicación se hizo en 2019), el Sistema Europeo de Análisis de Estrategias y Políticas (ESPAS – European Strategy and Policy Analysis System) acaba de publicar su cuarto Informe de Tendencias Globales “Global Trends to 2040: Choosing Europe´s Future”. Este informe llega en un momento clave, ya que lo hace antes del nuevo ciclo político de la UE y cuando muchas de las tendencias globales previamente identificadas están incrementando tanto su fuerza como su impacto.  

El contenido se centra en aportar una visión general de las principales tendencias globales que afectarán a la UE a medio y largo plazo, para, posteriormente, enfocarse en los desafíos estratégicos en diversos sectores, fruto de la interacción de estas tendencias. 

Tendencias globales: 

1. La geopolítica en el centro: La tendencia de cambio desde la cooperación e integración a la competencia y fricción continúa, acompañada de una creciente fragmentación. Están emergiendo nuevas amenazas en áreas como la guerra híbrida, la batalla de narrativas, la desinformación, la manipulación de información y la interferencia, el ciberespacio, y una batalla por el liderazgo en el espacio exterior. 

2. Desafíos económicos: La fragmentación geopolítica y la transición hacia la neutralidad climática, incluyendo las industrias de cero emisiones, están llevando a nuevas amenazas para el crecimiento económico. La rivalidad económica y tecnológica sostenida entre EE. UU. y China, así como la aparición de nuevos bloques regionales, probablemente afectarán a las relaciones comerciales globales. El progreso tecnológico y patrones de consumo más sostenibles determinarán el alcance y la velocidad de la transición hacia industrias de cero emisiones. 

3. Demografía: La población de Europa disminuirá en relación con otros continentes, incluyendo Asia, América del Norte y África. También se reducirá en términos absolutos como resultado de la disminución de las tasas de natalidad y que los flujos migratorios no compensarán la escasez de nacimientos. El envejecimiento de la población de la UE presionará el mercado laboral así como la sostenibilidad fiscal. La disminución demográfica de China podrá tener implicaciones globales ya que es probable que se reduzca su papel como ‘motor de la globalización’. 

4. Crisis ambientales y climáticas: El cambio climático se está acelerando y se está produciendo una importante degradación ambiental (ex. pérdida de biodiversidad). La UE se verá altamente afectada por el cambio climático, pero no podrá abordar esta emergencia por sí sola por lo que su estrategia climática deberá tener en cuenta el contexto internacional. 

5. Transición energética: El consumo global de energía está aumentando, y también el uso de combustibles fósiles, a pesar del aumento de la participación de energía generada por renovables y la reducción de sus costes. Además, el ritmo de la transición energética verde podría verse limitado por cuestiones como las continuas inversiones en infraestructura de combustibles fósiles, y el precio y la disponibilidad de minerales críticos. La transición energética probablemente beneficiará a unos más que a otros y podría abrir nuevas fricciones geopolíticas y tensiones sociales dentro de los países. 

6. Búsqueda de igualdad: Las desigualdades están creciendo en importancia y complejidad, y Europa no es ajena a ello. Más allá de las desigualdades económicas, el acceso a la educación, la tecnología, la atención sanitaria, la infraestructura, la justicia climática o la equidad intergeneracional se están volviendo cada vez más relevantes. Las tensiones sociales están intensificándose y continuarán impactando la vida de las personas, lo que alimenta la polarización política y puede debilitar la democracia. 

7. Aceleración y convergencia tecnológica: La implementación y lo niveles de adopción de nuevas tecnologías están acelerándose y la convergencia tecnológica está aumentando. Esto ocurre en un contexto de expectativas crecientes hacia las tecnologías, de creciente rivalidad tecnológica geopolítica y de desafíos en torno a la regulación y la estandarización. 

8. Gestión de la salud: El sector de la salud seguirá siendo un motor de innovación científica y tecnológica. Nuevos tratamientos y terapias podrían aportar grandes beneficios, mientras que desafíos como la resistencia antimicrobiana requerirán mayor atención. 

9. Cambios en dónde y cómo vivimos: Las personas están viviendo cada vez más en ciudades, están más expuestas a los impactos negativos del cambio climático, y las tecnologías están cambiando la forma en que trabajamos y aprendemos. Por un lado, hay nuevas formas de trabajar y prestar servicios; por otro lado, hay empleos que se pierden y se necesitan nuevas habilidades. Todo ello tendrá importantes impactos en las regiones y sectores económicos de la UE. 

10. Amenazas a la democracia: Las democracias están experimentando ataques sostenidos a sus libertades y formas de vida, incluidos esfuerzos para socavar elecciones, la libertad de los medios y de expresión, o la libertad de asociación y la independencia del poder judicial. La tecnología está jugando un papel relevante en todo ello.  

Ante estas tendencias, las decisiones estratégicas que tomen los líderes de la UE a corto plazo marcarán el rumbo de la Unión a largo plazo. Las organizaciones de distinto tipo también deberán considerar las tendencias globales, para lo que las preguntas estratégicas que plantea este informe pueden ser de gran ayuda. 

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