En el año 2050, más del 70% de la población vivirá en ciudades. Este hecho supondrá una enorme concentración de gente en pequeñas áreas con el consecuente aumento de consumo de energía, agua, transporte y otros recursos. El estudio “Hacia la Ciudad 4.0: Análisis y perspectivas de las Smart Cities españolas”, elaborado por KPMG con la colaboración de Siemens, presenta las ciudades inteligentes como la solución para afrontar estos retos y también como una gran oportunidad de negocio, ya que se estima que para 2020 el mercado de las ciudades inteligentes tenga un valor de 1.500 billones de dólares en todo el mundo.

Las Naciones Unidas auguran que en 2030 habrá más de 40 megaciudades en el mundo, en las que habitarán entre 10 y 30 millones de habitantes cada una. Para poder gestionar este aumento progresivo de la población, así como el incremento de la demanda de servicios, las tecnologías digitales se convierten en un importante aliado para hacer uso los recursos de la manera más eficiente. A este modelo de desarrollo sostenible, se le ha denominado “smart city” o “ciudad 4.0”, aquella que mejora la calidad de vida de sus habitantes a través de un desarrollo sostenible, consecuencia de una gestión eficiente y responsable de sus recursos y servicios.

Según el estudio de KPMG, gracias a la implementación de tecnología inteligente en las ciudades, los ayuntamientos podrán ahorrar en costes a la vez que mejorarán el cuidado del medioambiente. Por ejemplo, en el transporte urbano, se reducirán entre 3.100 y 4.900 toneladas las emisiones contaminantes.

  • Los edificios podrán disminuir entre un 30% y un 50% el consumo de energía y agua, lo que supone un ahorro de 400 euros por m2 y año.
  • Bajarán en un 20% las pérdidas de agua en ciudades, lo que se traduce no solo en una mejora de las reservas sino también en un ahorro de 244 millones de euros anuales.
  • Con el uso de tecnologías LED, Smart grids o sensores de movimiento, el consumo energético del alumbrado público se minimizará a más de la mitad, con lo que los municipios podrán ahorrarse alrededor de 400 millones de euros de los 740 millones que gastan en la actualidad.
  • En el campo de la gestión de residuos, se podrán reducir los costes que esto supone un 20 y un 40%, es decir, un ahorro de entre 485 y 970 millones de euros al año, implementando soluciones inteligentes para la recogida y tratamiento de la basura.

La financiación, los problemas legales y la reorganización de los ayuntamientos son las principales barreras que se encuentran las administraciones públicas a la hora de implementar una estrategia “Smart”.  

El modelo de negocio de una ciudad 4.0 y su modelo de colaboración público-privada son clave para garantizar la sostenibilidad en el tiempo de los proyectos Smart. Asimismo, el estudio propone que se han de establecer lo canales de comunicación necesarios para facilitar la participación ciudadana.

Por último, el trabajo considera que  Copenhague, Amsterdam, Londres y Bristol, son, en orden, las smart cities referentes.

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