La capacidad no entiende de género. Cuando las oportunidades son las mismas, chicas y chicos, hombres y mujeres tenemos las mismas posibilidades de lograr idénticos resultados académicos. Esta es una de las conclusiones del informe PISA “The ABC of Gender Equality in Education”.

A pesar de ello, la brecha de género subyace de manera persistente en la educación, el desarrollo profesional, el empleo y la sociedad. También las STEAM (Science, Technology, Engineering, Arts and Maths) son víctimas de la desigualdad por cuestiones de género. Es lo de siempre: menos niñas que niños estudian ingeniería, las mujeres se ven más afectadas por el desempleo, hay poca representación femenina en órganos de decisión, escasa o nula presencia de mujeres en congresos científicos y en premios.

Tampoco son nuevas algunas reacciones ante el hecho de que haya menos niñas y mujeres que opten por carreras científicas y tecnológicas. Algunas personas niegan la existencia de la brecha, otras la justifican. Hay incluso quien culpabiliza a las mujeres. A menudo oímos: “Es que a las niñas no les gusta la tecnología”, “No tenemos la culpa de que ninguna mujer se presentara a ese puesto”, “¡Cómo va a trabajar mi hija en el sector industrial!”

Con motivo del día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, presentamos algunos datos que desmienten el espejismo de la igualdad en las carreras STEAM. Sirvan también para que familias, docentes, administración pública, empresas y medios de comunicación abordemos este debate desde la información, nos sensibilicemos y aunemos esfuerzos para que chicos y chicas sean capaces de desarrollar todo su potencial personal y profesional. 

Mito 1: es innato, a las niñas no les atrae la tecnología

El contexto educativo, la opinión de la familia, los roles y estereotipos, la percepción sobre la ciencia, la información que tenemos de las profesiones o nuestros intereses personales son algunos de los elementos que influyen en nuestra decisión de qué carrera estudiar. Por tanto, que a las niñas no les atraiga la tecnología es un fenómeno que construimos entre todos, no algo innato.

Mito 2: ser chica no afecta a la hora de elegir estudios o profesión

La brecha de género impacta en la elección de los estudios y la profesión desde edades tempranas. El estudio “ABC de Igualdad de Género en Educación” elaborado por la OCDE muestra que menos de 1 de cada 20 niñas considera estudiar una titulación en STEM, mientras que 1 de cada 5 niños valora esta opción. Sin embargo, en los resultados en la prueba de ciencias del Informe PISA, niños y niñas obtienen resultados similares. La OCDE también señala que la división de género entre los padres, maestros y empleadores, consciente e inconsciente, es parcialmente responsable. Por ejemplo, los padres tienen mayores expectativas de que sus hijos trabajen en carreras STEM a que lo hagan sus hijas.

 Mito 3: las chicas, en general, son peores en ciencias

Las chicas tienden a reconocer un sentimiento de ansiedad hacia las matemáticas, y esto se observa incluso entre las de mejor rendimiento escolar. En los países de la OCDE, la diferencia en puntuación en matemáticas entre los chicos y chicas de mejor rendimiento es de 19 puntos. Sin embargo, si comparamos chicas y chicos que dijeron tener un nivel similar de confianza en sí mismos con respecto a las matemáticas, la brecha de género desaparece. Esta diferencia de género podría relacionarse con la confianza que los alumnos tienen en sí mismos. Al tener más confianza, se dan más libertad para equivocarse, para practicar la prueba y error que resultan fundamentales para adquirir mayor conocimiento y comprensión de las matemáticas o de las ciencias. Por tanto, es la falta de confianza entre las niñas lo que afecta a su desempeño en disciplinas STEM.

Mito 4: ya no es como antes, hoy hay tantas mujeres como hombres en ingenierías

En el sistema universitario español hay 1.361.340 estudiantes matriculados en grados y primer y segundo ciclo. El 54,3 % son mujeres. Más de la mitad. De hecho, las mujeres son mayoría en todas las ramas de enseñanza, excepto en las técnicas. En Ciencias Sociales representan el 60 %, en Artes y Humanidades el 61,1 %, en Ciencias de la Salud el 69,4 %, en Ciencias el 51,2 %. En Ingeniería y Arquitectura el número de mujeres matriculadas cae hasta el 25,8 %.

Mito 5: a la hora de acceder a un empleo, las mujeres tienen las mismas oportunidades que los hombres

Según el informe “The Industry Gender gap. Women and Work in the Fourth Industrial Revolution del World Economic Forum, la cuarta revolución industrial afectará al futuro del empleo aumentando la demanda de empleos en las áreas STEM. Pero las posibilidades de acceso a estos puestos de trabajo no es el mismo para hombres y mujeres. Para los hombres habrá un nuevo empleo STEM por cada cuatro perdidos. Para las mujeres sólo uno por veinte destruidos. Estos datos sugieren que, si la velocidad a la que las chicas están accediendo a empleos STEM no crece al mismo ritmo que la demanda, las mujeres están en riesgo de perder las mejores oportunidades de trabajo. Hecho que también afectará a las empresas, ya que en los procesos de selección accederán a menos solicitantes, y, por tanto, a menos talento.

 Mito 6: no puedo hacer nada, ese es un tema del colegio

La elección de los estudios o profesión tiene lugar en la adolescencia, pero ya desde edades tempranas pueden introducirse medidas que animen a más mujeres a estudiar ciencia o ingeniería. Por ejemplo, dar visibilidad a mujeres científicas, exponer a las niñas a programas especiales de tecnología, concienciarse o implicarse en este reto participando en alguna iniciativa de mentoring.

 

 

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